Comunicación amable
- Jordi Salat
- Feb 20, 2024
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Comunicación amable

Cuando hace unos años, en plena pandemia, un cliente me preguntó si podía darles una formación a sus directivos de comunicación amable, era la primera vez que un cliente me lo pedía.
Desde entonces, la necesidad, el interés y la demanda sobre el tema ha ido en aumento.
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos o hacemos referencia a comunicación amable?
Para ello vamos a empezar por analizar esas dos palabras:
Si nos fijamos en “Amabilidad”:
“La amabilidad es el lenguaje que el sordo puedo oír y el ciego puede ver”.
Mark Twain
Esta frase del escritor americano nos da una importante clave: la verdadera amabilidad se refleja sobre todo en la comunicación no verbal más que en el verbal.
Si nos fijamos en “Comunicación”:
Comunicar y hablar son dos cosas distintas, hablar no es comunicar y mucho menos hacerlo de manera amable.
Comunicar de manera amable requiere adoptar una actitud que nos permita escuchar más allá de las palabras de una manera proactiva y empática.
Por lo tanto, de todo lo anterior podemos deducir que,
La comunicación amable consta de dos partes principales:
Escucha activa y empatía
¿Cuáles serán pues las claves para detectar una comunicación amable?
El contacto visual y la amabilidad. En una comunicación amable la mirada debe ser espontánea y cálida. Una persona amable mira a al rostro de su interlocutor cuando es el otro el que está hablando (así demuestra interés) y mira directamente a los ojos cuando contesta una pregunta o él está diciendo algo importante (transmite honestidad y confianza).
Los gestos de aceptación. Asentir o inclinarse hacia el otro son expresiones que animan al interlocutor a seguir hablando. Facilitan su expresión y ayudan a superar las barreras que puedan existir.
El equilibrio en la conversación. Cuando la comunicación es amable, de forma inconsciente se comprende que en esta interacción debe haber un equilibrio. Debe existir un momento para hablar y otro para escuchar. Es la única manera de establecer una comunicación de doble vía.
Monopolizar las conversaciones o hacer que giren en torno a un tema que no es de interés común es un factor que enrarece la comunicación. Lo ideal siempre en una comunicación amable es que todos puedan participar y que todos puedan hablar de temas de interés común.
Reconocer los éxitos no adular. Reconocer con sinceridad los méritos o los éxitos del otro es una cosa y adularle es otra. La comunicación amable debe ser sincera, no tiene nada que ver con la adulación.
La amabilidad, aunque se adapte a ciertos protocolos, no necesita teatro.
Toda conducta humana, toda palabra, son mucho mejores cuando se llevan a cabo o se dicen con amabilidad.
La conexión emocional
Si queremos que la comunicación con nuestro interlocutor sea amable necesitaremos también conectar emocionalmente con él.
La conexión emocional se produce cuando dentro de la conversación somos capaces (mientras escuchamos sus palabras y nos mantenemos activos en la conversación) de reconocer tanto nuestras emociones como las emociones en la otra persona.
¿Cómo está él/ella mientras me explica esta historia? ¿Cómo me siento yo mientras le escucho?
Y a la vez, darnos cuenta de los cambios físicos que se van produciendo en nuestro interlocutor durante la conversación en función de sus pensamientos, emociones, etc.
Cambios en la expresión de su cara, en su tono o volumen de voz, en sus gestos, en su postura, en su mirada.
Así pues, la conexión emocional es una actitud que implica un interés real y sincero por la otra persona, por lo que nos explica, pero sobre todo, por cómo nos lo explica, por sus emociones y sentimientos (que muchas veces no expresará en palabras).
Así pues para que una comunicación sea amable deberemos ser conscientes de nuestra comunicación no verbal, de no monopolizar la conversación y, sobre todo, de estar presentes en esa conversación para poder conectar emocionalmente con nuestro interlocutor.
Y tu, ¿aplicas la comunicación amable en tu día a dia?
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