Expectativas y capacidades
- Jordi Salat
- Nov 18, 2024
- 4 min read
Cuando entrenamos, cuando jugamos, queremos hacerlo bien y no decepcionar ni a nosotros ni a los demás.
Todas las personas tenemos expectativas sobre nosotros y sobre nuestras acciones. Cuando tus acciones se ajustan a tus expectativas, las expectativas aumentan y eso provoca muchas veces presión que nos puede afectar negativamente.
Delante de una mala acción ¿qué sueles decirte?
Es una excepción Siempre me pasa igual
Este/a no soy yo Así soy yo
Soy mejor que todo esto Realmente no sé hacerlo mejor
La próxima vez será mejor Me volverá a pasar
¿Y delante de una buena acción?
Así soy yo Hoy ha sido una excepción
Soy así de bueno/a Realmente no soy tan bueno/a
Yo se hacerlo bien Ha sido por casualidad
Lo puedo volver a hacer Difícilmente lo volveré a hacer

Lo que te dices no es casual y está relacionado con el tipo de mentalidad que tengas.
Existen dos tipos de mentalidades que determinan tu rendimiento:
Mentalidad fija. Actuamos con mentalidad fija cuando creemos que nacemos con unas capacidades determinadas y no las podemos cambiar ni mejorar por mucho que nos esforcemos.
Si estás más pendiente de no cometer fallos, si te preocupa hacerlo mal más que ir más allá de tus límites actuales…estás actuando con mentalidad fija. Y eso provocará que, a la larga, tu rendimiento sea inferior, pues no probarás cosas nuevas por el miedo que tendrás a cometer errores y a recibir críticas.
Mentalidad de crecimiento. Actuamos así cuando sabemos que hemos nacido con unas capacidades, pero que las podemos mejorar en base al trabajo personal.
En este caso aceptas el error como parte de tu aprendizaje (sólo se equivoca quien lo intenta). Si conviertes los errores en experiencia y en la fuente de nuevos aprendizajes estarás actuando con mentalidad de crecimiento. A la larga tu rendimiento será superior, ya que los fallos los vivirás como algo necesario para mejorar.
Algunos pensamientos que debes cambiar para actuar con mentalidad de crecimiento:
1-No confundas el deseo de hacerlo bien …con la obligación de hacerlo bien.
Cuando te sientes “obligado” inconscientemente te presionas y, si los resultados no llegan, la presión irá aumentando hasta volverse asfixiante.
La obligación de ganar genera una expectativa centrada sólo en la posibilidad de un resultado positivo, y si las cosas se tuercen, en lugar de aceptarlas como un lance más del juego, te frustrarás, te estresarás, te desconcentrarás y tu rendimiento bajará.
Por eso es necesario cambiar la obligación de ganar por el deseo de ganar.
Una cosa es tener que (hacerlo bien/encestar/defender/ganar) y otra querer (hacerlo bien/encestar/defender/ganar).
Cuando te centras en querer hacerlo bien tu foco está en el deseo y no en la obligación.
El éxito se basa en no pensar en el número de victorias necesarias ni en lo que está en juego, sino en mantener el deseo de ganar partido a partido, y estar centrados en el presente, en el aquí y el ahora.
Esto es posible gracias a poder controlar las expectativas y ponerlas en línea con el tipo de motivación y concentración que más convenga.
2.-Defraudar a los demás (o a mí mismo)
“No puedo defraudar a nadie” es sin duda un pensamiento traidor. Lleva al jugador/a a una situación de estrés/de obligación.
Y cuando uno se siente obligado, aparece el miedo a que pase lo contrario. El “hacerlo mal” deja de ser una posibilidad y pasa a ser un “desastre” ante el cual aparece el miedo anticipatorio (y por lo tanto la desconcentración). En consecuencia, se reacciona de forma desadaptada, auto juzgándose y desaprovechando la oportunidad de aprender del propio error.
Truco: Cuando aparezca un pensamiento tipo “tengo que…”, “tiene que…”, “esto no puede pasar…”, etc., fíjate en él y cámbialo por: “quiero que…”, “desearía…”, “me gustaría…”.
De esta forma, dejarás de pensar en términos de obligación y pasarás a pensar en términos de deseo.
Tu pensamiento será más flexible, ya que, deseando lo mismo, aceptas la posibilidad de que eso no pase, por lo que ya no hay miedo al error, sino que se acepta como algo normal en competición. Al aceptar esa posibilidad, no te alteras ni te frustras, y por lo tanto no te desconcentras, y así puedes mantener opciones de seguir rindiendo al máximo y conseguir el mejor resultado posible.
Rafa Nadal dice: Al final lo que uno debe hacer es intentar esforzarse al máximo y encontrar tu propio límite.
Y si tu límite está más arriba o más abajo la satisfacción personal al final debe ser la misma, porque la satisfacción personal no son los resultados sino el trabajo que has hecho para llegar ahí.
3.-Sólo el resultado vale
Este pensamiento es una trampa muy habitual debido a la presión que nos autoimponemos por la clasificación, las estadísticas o los comentarios de las personas que están alrededor del equipo.
Al pensar de esta manera, en cada partido, de cada competición, sólo tenemos en cuenta el resultado y olvidamos que éste es sólo la conclusión de lo que hemos hecho.
Truco: Valora tu rendimiento por lo que haces: “intensidad”, “ayudas”, “balance defensivo” “entradas” “rebotes”, “concentración”. Da prioridad a estos conceptos y no al resultado.
Puntúa tu rendimiento después de cada entreno o partido de 0-10. Al hacerlo pondrás el foco en lo importante y sacarás conclusiones acerca de aquello que has realizado correctamente y lo que hace falta corregir, mejorar o cambiar
Y si aparecen dudas durante la competición, podrás poner el foco en los aspectos de tu rendimiento y ser consciente de si lo estás dando todo. Esto te permitirá actuar para mejorar aquellos aspectos que lo necesiten.
Al darlo todo en esos elementos, ganas opciones para conseguir el mejor resultado posible… ¡sin pensar en él!
Por eso es tan importante que la motivación esté centrada en el proceso, en hacerlo cada vez un poco mejor, en “ser mejor” y no estar pendiente de “ser el/la mejor”.
Si aprovechas los malos resultados para crecer como deportista, estás haciendo lo mejor que eres capaz de hacer para ser un poco mejor.
Todo depende de ti, todo está en tus manos, sea cual sea el resultado, y por lo tanto si haces esto, será imposible decepcionarte a ti mismo.
Comments